La vida es un permanente descubrir, y qué mejor que descubrir viajando

Varanassi(India) Para mí India es de esos destinos que marcan el corazón. Lo amas intensamente y disfrutas todo, lo bueno y lo malo, que tiene para ofrecer; o lo odias, de tal forma que nunca esperas volver y no te gusta recordar esa experiencia. Yo me clasifico en ese primer grupo, ese que ama India, con su ruido, su caos, su contraste de colores y olores, su suciedad, su pobreza, todo. Para mí, India siempre fue ese destino con el que uno sueña ir, pero que ve lejano y no sabe a ciencia cierta si podrá conocerlo. Así que cuando se dio la posibilidad de conocerlo, mi corazón se infló, se lleno de expectativas, mi mente viajó kilómetros y kilómetros imaginándose ese nuevo lugar. Durante mis 3 meses en India, recorrí un país que me cautivó con su  riqueza cultural, el contraste de colores, el calor, los palacios, los templos, los elefantes, los tatuajes de henna, el chai, las kurtas, el paneer roll,  el garlic naan, el mago lassi, el rasmalai, los bollywood movies y muchas cosas má

Hace un par de meses fui a Turquia a asistir al matrimonio de una amiga, duré una semana y debo decir que, así como India, Turquia es de esos países que ocupan un lugar especial en mi corazón. Ratifiqué que los países un poco caoticos, donde todos los sentidos trabajan al mismo tiempo al toparse con el contraste de colores, olores, sonidos y sabores, y donde las sonrisas se ofrecen y se reciben desinteresadamente, son los países que se quedan tatuados en mi piel. Creo que tener la oportunidad de participar en ciertas celebraciones sociales o religiosas, como un matrimonio o navidad, le brinda a uno la oportunidad de vivir y experimentar un país de una manera mucho más cercana y no como un simple turista. En el caso particular de un matrimonio, creo que le permite a uno descubrir el signficado de la familia, el amor, la entrega. Además de experimentar y compartir la manera de celebrar, mostrar y transmitir la felicidad. A mi la música me encantó, me integré a los bailes en grupo y logré

Así como en Bogotá hay la zona G, la zona T, también hay la zona L, la zona de la Lechona. Pero ¿qué es la lechona? Yo la describiría como carnecita de cerdo con arveja amarilla que viene con cuerito bien tostadito del cerdo, arepa e insulso (este último es como una especia de natilla, pero particularmente a mí no me gusta). Cuando vivía en Colombia no hacía parte de mis comidas favoritas, pero desde que vivo lejos y los sabores del hogar y la patria se extrañan tanto, ahora sí hace parte de mis platos favoritos. La Lechona es típica del Tolima, hay un pueblo que se llama El Espinal donde es muy famosa y en toda la orilla de la carretera hay mil y un opciones para escoger. La Lechona se usa para fiestas, reuniones familiares o empresariales, pero para navidad la demanda por este suculento plato aumenta considerablemente. Eso sí de dietético no tiene nada, pero como no se como todos los días, de vez en cuando no hace daño. Así que cuando se pasen por Bogotá, no se limiten a las zon

Recorriendo La Habana Escribo esta entrada escuchando Caramelos interpretada por Celia Cruz. Sí, esta entrada es sobre Cuba. En 2008 tuve la oportunidad de ir a Cuba con mis papás y ha sido de esos lugares que se ha quedado en mi piel. Claramente cuando pienso en Cuba lo primero que se me viene a la mente es Música, guitarras, maracas, son cubano, ganas de bailar, ganas de cantar un bolero y enamorarse. Eso es Cuba para mi, Música. En cada rincón se respira música, es increíble el talento innato que tienen los cubanos para cantar, interpretar un instrumento, bailar y transmitir sabor y sentimiento juntos. Recuerdo que fuimos una noche a un sitio que se llama Dos Gardenias, sí así como la canción. Es un sitio para llegar tipo 10pm, tomarse un par de mojitos y esperar que empiece el show (alrededor de la media noche), donde músicos increíbles interpretan 3 boleros cada uno, con un sentimiento que sale del corazón y el alma y se traduce en música al ser cantado. El día que visitamos