Hace dos días llegue a Nueva Delhi. Fue una llegada un poco extraña. Extraña en el sentido que esperaba sentirme rara, con una sensación rara en el estómago por todo aquello nuevo que me esperaba. Pero no, al llegar me sentí como si estuviera llegando a un lugar que ya conocía, a un lugar que me era familiar, donde sentía que caminaba por caminos ya recorridos. Y bueno, tiene sentido, hace cinco años vine a India y con cada paso descubrí que estaba dando pasos en lugares donde alguna vez tendría que volver. En el recorrido del aeropuerto al hotel, pasamos por Qutub Minar, el sitio que más me gustó cuando visite Delhi hace cinco años. Al pasar por ahí, no pude evitar sonreír y pensar que la vida nos lleva (o trae) nuevamente a los lugares donde tenemos que estar. Mi visita a India hace cinco años fue un viaje que marcó mi vida, y cuya experiencia, me abrió nuevamente las puertas para vivir India no como una turista sino como una local. Cuando salgo a caminar cerca al hotel, me gusta
Con este espacio busco compartir los colores, olores, sabores, ritmos y sonrisas que he descubierto, para animar a quien lo lea y a mi misma, a seguir descubriendo el mundo, a caminar por lugares desconocidos, a bailar ritmos nuevos, a probar otros sabores y dejarse envolver por todas esas pequeñas sorpresas que el mundo tiene por ofrecer. La vida me trajo a India, y con este espacio también busco compartir mi experiencia de vivir en este increíble país.